El porno también se traduce

El porno también se traduce

La industria del porno

La industria del porno está en constante crecimiento gracias a Internet y las nuevas tecnologías. Se estima que un 30 % del tráfico que se produce en la red a nivel mundial está relacionado con este sector, hasta el punto de que una de cada siete búsquedas en Google tiene que ver con el porno y la sexualidad. 

Según la agencia de datos Medium y la revista Adult video news, la industria del porno es la tercera que más factura del mundo, únicamente superada por la de las armas y el tráfico de drogas, facturando hasta un total de 7 000 millones de dólares anuales solo en EE. UU.

Cada segundo, se estima que hay 30 millones de personas viendo porno en Internet, y una de las búsquedas más frecuentes hace alusión a las posibles ventajas y beneficios que puede tener el hecho de consumir porno en Internet. 

La demanda de pornografía es tan alta que la mayor página de alojamiento de vídeos y fotografía de este tipo es más grande que las de Dropbox, CNN y The New York Times juntas.

Al mismo tiempo, sigue siendo una de las industrias más polémicas a nivel internacional, acusada de ser misógina y machista, de cosificar la imagen de la mujer y de transmitir una imagen distorsionada e inexistente de la realidad.

Traducción del lenguaje erótico y pornográfico

La industria del porno tiene su mercado en Internet, lo que la hace global y abierta a todo tipo de mercados. Es por esto, que una buena traducción del lenguaje pornográfico facilitará la expansión de las producciones alrededor del mundo. 

En muchas ocasiones, las traducciones de lenguaje erótico pueden ser poco naturales, teniendo como resultado diálogos artificiales y poco espontáneos.

Con el objetivo de evitar que esto ocurra, en 2011 se fundó ETEP (Estudios de Traducción en el Erotismo y la Pornografía). Creado por la argentina Estefanía G. Casset, fue el primer colectivo académico en el mundo especializado en traducción de este tipo de lenguaje.

Casset tuvo su primer contacto con el porno en 2007, cuando empezó a trabajar para una gran cadena de la industria erótica en Argentina, haciendo traducciones, revisando subtítulos y creando guiones de diálogos para este género. 

Pero no fue hasta 2013 en España, cuando conoció a José Luis Castillo Flores. Juntos, llegaron a la conclusión de que existían cientos de herramientas disponibles para traducir cualquier tipo de lenguaje especializado, pero no había nada sobre temática sexual.

Es por esto por lo que decidieron crear el colectivo ETEP, persiguiendo los siguientes objetivos fundamentales:

  • Luchar contra la estigmatización del género 
  • Conseguir que el mundo académico se interese por el sexo, dándole la importancia que merece en campos tan variados como la censura o el análisis de vocabulario.
  • Ampliar los estudios a otras manifestaciones culturales (videojuegos, cómics…).
  • Despertar interés entre los estudiantes sobre un nicho de mercado con millones de consumidores y un futuro muy prometedor. 

¿Necesitas traducir vídeo?

En serio, no pretenderás que un algoritmo interprete una intención, un gesto o una ironía… Necesitas un humano, y en esto somos los mejores.

La traducción del porno

La industria del porno ha ido evolucionando con el paso de los años, y así lo han hecho también las producciones. Atrás quedaron las películas de porno extremo con cortes de varios minutos sin apenas calidad que se encuentran fácilmente en Internet, dejando paso a una nueva corriente de directores y directoras que quieren ir más allá,  y en cuyas producciones hay un argumento e incluso un mensaje más profundo.

Por este motivo, la función de una buena traducción en este tipo de producciones ha ido ganando peso en los últimos años. Cuidar el mensaje y el contexto de la narración se ha vuelto fundamental, ya que cada director toca temas diferentes y tienen su propio lenguaje.

Los traductores, a menudo se encuentran con algunos aspectos que dificultan la traducción del lenguaje erótico y pornográfico, entre los que destacan: 

  • Repetición: este tipo de producciones pueden ser bastante repetitivas, por lo que se plantea la cuestión de si es mejor conservar o cambiar algunos términos y expresiones. 
  • Sinonimia: En la traducción del lenguaje erótico y pornográfico suele haber multitud de sinónimos para todo.
  • Falta de naturalidad: la naturalidad es un rasgo que debe conseguirse en toda la traducción, para evitar que los diálogos parezcan forzados y no fluyan. Es aquí donde convergen la traducción literaria y la audiovisual. 
  • Tono: encontrar el tono adecuado en la traducción es una de las mayores dificultades, y es que puede que en una misma producción haya fragmentos muy descriptivos y otros más generales. Por ello, hay que ir con cuidado y evitar los dos extremos. 

En definitiva, es importante que los traductores se pongan en la piel de los personajes al realizar la traducción, ya que esto ayudará a que empaticen, se inspiren y detecten cualquier cambio que se produzca en el tono del guion.

El registro en el porno

Siguiendo en la línea de lo que conlleva realizar una traducción de este tipo, es muy importante tener en cuenta sobre todo la época, el contexto, el registro y la cultura en que se sitúan. Por esto, es esencial ponerse de acuerdo en qué lenguaje utilizar en cada momento en función del contexto y de lo que el autor quiere decir.

También, es importante tener en cuenta al público al que va a estar dirigida la traducción de la producción, ya que, por ejemplo, no es lo mismo una “concha” en España que en Argentina. Por ello, el traductor debe tener muy en cuenta la terminología erótica utilizada en cada país, llevando a cabo un estudio del contexto, y, por último, realizando la traducción teniendo en cuenta todos estos factores. 

Otro de los factores a tener en cuenta sobre el registro en el porno es que el lenguaje suele ser muy directo, es decir, de tú a tú, lo que puede complicar el proceso de traducción. También hay mucha jerga y lenguaje muy coloquial y con dobles sentidos. No obstante, es esencial que, al traducir este tipo de producciones, exista un respeto por el género y una sensibilidad especial en el tratamiento de ciertas emociones y situaciones.

En definitiva, es un hecho que la traducción del erotismo y la pornografía sigue siendo tabú a día de hoy, algo que no tiene mucho sentido al tratarse de una de las grandes industrias a nivel mundial. Normalizar el hecho de que el porno también se traduce ayudará a romper tabúes y a normalizar otra de tantas traducciones especializadas dentro del sector de la traducción. 

Scroll al inicio