Hace años que, gracias al desarrollo de la informática y de la programación, existe la traducción automática. Una herramienta rápida para traducir textos en un mundo cada vez más globalizado y con alta demanda de cambiar con agilidad de un idioma a otro. ¿Es la traducción automática una amenaza para los profesionales de la traducción?
La traducción automática ha venido para quedarse. De hecho, hace años que esta herramienta se utiliza. Hoy en día, su uso es cada vez mayor y se prevé que en el futuro se siga perfeccionando y utilizando cada vez más.
En el mundo en el que vivimos, con las fronteras internacionales cada vez más difusas, la necesidad de traducir de un idioma a otro o de combinar diferentes lenguas es muy alta, tanto para el usuario particular como empresas y profesionales que necesitan de servicios de traducción rápidos y rigurosos.
Los profesionales de la traducción, conocedores del contexto y de la evolución de las formas de comunicación y de transmisión de la información, no pueden quedarse atrás en las posibilidades que brinda la tecnología, y la traducción automática es una de las protagonistas en su campo.
¿Qué es la traducción automática?
La traducción automática, conocida también por sus siglas TA o MT (del inglés, machine translation) es un área de la informática que investiga el uso de softwares para traducir otro interpretar de un idioma a otro. De esta manera, podemos considerar a la traducción automática como una herramienta que tiene la capacidad de traducir, hoy en día, pero con muy baja calidad, textos en apenas unos segundos. Algo que a una persona le llevaría horas e incluso días.
Existen dos tipos de traducción automática:
– La traducción automática basada en reglas: Se basa en incontables reglas lingüísticas integradas y en millones de diccionarios bilingües para cada par de idiomas. O dicho de otra manera, como apunta Wikipedia: “Consiste en realizar transformaciones a partir del original, reemplazando las palabras por su equivalente más apropiado. Al conjunto de este tipo de transformaciones del texto original se le llama preedición de textos.”
– La traducción automática estadística basada en corpus: Utiliza modelos de traducción estadísticos cuyos parámetros emanan del análisis de corpus monolingües y bilingües. A medida que se generan y se analizan estos corpus, se mejoran los resultados al traducir textos de ámbitos similares. Un concepto complejo que no deja de evolucionar gracias a disciplinas tan interesantes y tan de moda como el Machine Learning, la Inteligencia Artificial o el Big Data.
¿Necesitas traducciones deportivas?
¿Estás seguro de que tu traductor de siempre sabe lo que es un jardinero derecho? Bueno, pues nosotros sí, quédate tranquilo.
(spoiler: es un right fielder, una posición defensiva en la alineación de Baseball)
La traducción automática vs. el profesional de la traducción
En este escenario, quizás sea oportuno preguntarse si la traducción automática supone una amenaza para el traductor, o si por el contrario es la herramienta perfecta para él.
No es la primera vez que la tecnología se abre paso para cambiar la forma en la que las personas trabajan. Por eso, creemos que para los profesionales de la traducción, la posibilidad de utilizar herramientas de traducción automática puede ser un complemento ideal a sus servicios además de una forma de cambiar sus modelos de negocio, al reducir el tiempo y los costes de un trabajo que de otra manera sería mucho más complejo.
Sin embargo, no debemos olvidar que hoy en día, por mucho que lo intentemos, la traducción automática no produce los mismos resultados en la traducción de un texto que una persona. La inteligencia artificial no está suficientemente desarrollada en este campo como para generar un trabajo de calidad. Las traducciones de las máquinas son pobres, ignoran el contexto y no tienen la capacidad interpretativa de un traductor de carne y hueso. Solo se limitan a traducir, de forma literal, palabra por palabra sin conexión alguna y sin diferenciar entre las posibles traducciones para una misma palabra, lo que da lugar a muchas traducciones desastrosas (y muy divertidas, debemos reconocer) que nos encanta compartir en nuestras redes sociales.
De hecho, prueba de las diferencias y la riqueza de perspectiva que ofrece un servicio de traducción profesional frente a la traducción automática es imaginar el siguiente caso: Si dos traductores individuales traducen el mismo texto, sus traducciones no serán idénticas. Pero podrán dar dos visiones diferentes hasta consensuar la mejor versión. Sin embargo, en la traducción automatizada los resultados serán pobres, el lenguaje es demasiado rico y complejo como para ser automatizado al 100% en un proceso de traducción. Además, cuando las frases son muy extensas o el contenido es muy especializado (textos legales, médicos, comerciales, publicitarios, artísticos, etc.), los fallos gramaticales y de comprensión de estos softwares son enormes.
Ahora bien, la máquina no hace al hombre, pero el hombre puede utilizar a la máquina para su beneficio, es decir, la traducción automatizada agiliza los servicios de traducción profesionales, ayudando a reducir los plazos y también resulta útil como diccionario o glosario terminológico, ya que, no podemos negarlo, no hay nada que se actualice más rápido que la información en Internet. Y pensemos… ¿se consiguió acabar con el periodista cuándo la posibilidad de publicar información estuvo al alcance de cualquier persona?
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