Como podéis ver en nuestro catálogo de servicios, en Aire Traducciones contamos con el servicio de intérpretes en diversas especialidades que van desde las interpretaciones de carácter comercial hasta el acompañamiento médico o la interpretación jurídico/legal. La verdad es que se trata de una profesión apasionante, no siempre demasiado conocida y apreciada, y de la que nos gustaría hablar en este post.
Lo primero es saber qué es un intérprete. En esencia es el encargado de traducir la palabra hablada de un idioma a otro. Es decir, una persona capaz de escuchar y entender un discurso oral para reproducirlo en el idioma de destino. ¿En qué se diferencia de un traductor? Se podría decir que el traductor escribe y el intérprete habla.
A priori, parece algo sencillo de hacer, sin embargo exige un montón de conocimiento, esfuerzo, práctica y técnica. Por mucho que se dominen los idiomas, muchos traductores nunca podrán llegar a ser buenos intérpretes. De hecho, existe formación específica, adicional a la de traducción, para los intérpretes.
Pero ¿qué necesita una persona para realizar el trabajo de un intérprete?
Conocimiento del idioma.
Daremos por supuesto, como es obvio, que el intérprete -así como cualquier traductor- debe conocer perfectamente los idiomas de origen y de destino para realizar correctamente su labor.
Concentración y rapidez mental.
Su trabajo supone muchas horas de recoger mensajes de un idioma para traducirlos a otro prácticamente en tiempo real. Es decir, requerirá de mucha capacidad de concentración, rapidez mental y una gran habilidad para escuchar.
No olvidemos, por supuesto, que interpretar requiere una muy buena memoria: a veces los mensajes son largos y olvidar una parte puede hacer que el mensaje carezca de sentido.
¿Necesitas un intérprete?
Interpretar no es solo traducir. Es vivir la traducción, la adrenalina del directo. Nosotros te diremos no solo lo que dice, sino también cómo lo dice.
Conocimiento técnico y cultural.
Aparte de todo lo anterior, posiblemente otra de las características más importantes de un intérprete sea el conocimiento técnico de lo que se va a hablar. Por mucho que sepamos inglés o francés, no necesariamente conocemos el lenguaje técnico o las expresiones que se emplean en un sector o ámbito particular. El trabajo como intérprete comporta muchas horas de estudio previo a cada evento sobre terminología específica.
Más aún, el intérprete debe tener un amplio conocimiento de la cultura y expresiones empleadas (y no tan empleadas) del idioma de origen y destino, entendiendo, por supuesto, los posibles juegos de palabras o dobles sentidos que pueden arruinar cualquier interpretación: en este trabajo no hay “Ctrl-Z”.
Capacidad de hablar en público.
En muy pocas ocasiones la labor de interpretación es “uno a uno”. Lo más frecuente es que el intérprete deba hablar delante de un público muy amplio en una conferencia internacional o evento. Mucha gente se puede ver abrumada por la presión ya que no es gusto de todos ser el centro de atención de un público amplio. A ellos no les recomendamos ser intérpretes.
Estas y muchas otras cosas que seguramente nos dejamos en el tintero se requieren para realizar satisfactoriamente la labor de un intérprete. Como os adelantábamos, se trata de un trabajo para el que no demasiadas personas están preparadas.
Esperamos que os haya resultado interesante y que, por supuesto, siempre que necesitéis contar con un servicio relacionado con la interpretación penséis en Aire Traducciones como la mejor opción: recordad que SON SOLO PALABRAS, pero sobre esas simples palabras se asienta la comunicación entre más de 7.000 millones de seres humanos.