Desde Aire Traducciones creemos que contratar a un traductor supone un ahorro para una compañía. Ya hemos señalado anteriormente en este blog las tres razones principales por las que contratar a un traductor. Es importante saber delegar y dejar que los profesionales hagan su trabajo. Supone un ahorro de tiempo y de dinero en la mayoría de los casos.
Aunque la traducción es un oficio milenario, son pocos los clientes que conocen al 100% los entresijos de esta profesión. El modo de trabajar de los traductores es muy variable y es ahí cuando surgen las dudas a la hora de contratar servicios de traducción (ya sean agencias de marketing, bufetes de abogados o empresas en procesos de internacionalización) y las posibles “malas experiencias”.
Desde Aire Traducciones queremos daros algunos consejos básicos para que no os equivoquéis a la hora de contratar un servicio de traducción. Se trata de unas nociones básicas que siempre debéis tener en cuenta:
Cumplir con la Legalidad
Esto es obvio, pero tanto si es una agencia de traducción como autónomo se debe cumplir con la legalidad vigente. Todos sus trabajos deberán basarse en un contrato de servicios en el que se estipule el alcance de los trabajos, el idioma de origen y de destino y todas aquellas cláusulas que os garanticen que el trabajo se realizará en plazo y en forma. Esto es importante, ya que este documento es lo único que os protegerá si surge algún problema.
Todos los trabajos deberán ir acompañados de una factura. Si el traductor se ofrece a “hacerlo en B” o “sin contrato”, aparte de que es ilegal, desconfiad.
La Experiencia es un grado
En general, no basta solo con tener estudios de traducción. La experiencia de un traductor es un factor determinante a la hora de llevar a cabo su trabajo. Lo ideal es que el profesional tenga un título relacionado con la traducción (carrera o máster) y que cuente al menos con dos años de experiencia en el sector. No dudéis en pedir referencias para comprobar la calidad de sus trabajos.
¿Esto significa que nunca debéis contratar a un traductor novel? No. Sencillamente que para textos clave (y sois vosotros los que tenéis que evaluar eso) es mejor contar con personas con experiencia. La palabra y el lenguaje son nuestra principal carta de presentación para los negocios.
Las tarifas
Un traductor profesional cobra por lo general por cada palabra del texto origen o del texto destino, dependiendo del caso. Los traductores fijan una tarifa por palabra a traducir, que suele variar según el idioma de destino o el tipo de traducción (por ejemplo, en traducciones juradas o científicas). Cuanta más experiencia tenga el profesional y más especializada sea la traducción, mayor será la tarifa. Hay que tener en cuenta que cada profesional fija sus propias tarifas (no hay tarifas oficiales, no las busquéis) según todo tipo de criterios, tanto objetivos (dificultad del texto, urgencia) como subjetivos.
Siempre hay que poner en duda las tarifas sospechosamente bajas recordando el viejo refrán de “nadie da duros a cuatro pesetas”. Pedid al menos tres presupuestos para comparar.
Desde Aire Traducciones cuidamos cada detalle al milímetro. Sabemos hacer nuestro trabajo y dentro de nuestros valores se encuentra la honestidad: jamás ofreceremos precios que no sean justos para todos ni aceptaremos trabajos que creamos que no podemos entregar con la máxima calidad y en el tiempo estipulado.
¿Pensando en traducir una web?
No vamos a decir que nosotros tradujimos Google, pero lo que sí es cierto es que ya andábamos con proyectos web cuando en España todo el mundo usaba Terra (y en USA, Altavista).
Capacidad de trabajo
Pese a que la tarificación por palabra es la más común, existen otros tipos de formas de tarificación de los servicios de traducción: algunos traductores optan por el formato de “hora trabajada”. En este caso es importante saber cuánto texto se puede traducir en una hora.
El traductor profesional, como norma general y, por supuesto, existiendo excepciones, puede traducir entre 2.500 y 3.000 palabras durante una jornada laboral de 8 horas.
Presupuesto previo
Un traductor profesional, como cualquier otro servicio, debe elaborar un presupuesto antes de nada. Exigidlo para evitaros sustos de última hora y poder comparar.
Es responsabilidad del traductor el hecho de poder calcular con exactitud la totalidad del material a traducir y ofrecer un precio exacto. Esto se traduce en que lo primero que tiene que hacer una empresa es proporcionar todo el material al traductor para que evalúe el trabajo.
Desde Aire Traducciones os animamos a confiar en las agencias de traducción, ya que os supondrán un considerable ahorro de tiempo y dinero. Las agencias seleccionamos cuidadosamente a los traductores, cumplimos con la legalidad, damos la cara si surge cualquier problema y gestionamos vuestros proyectos de forma rápida y eficaz, con la comodidad que eso supone para el cliente.
¿Necesitas traducir algún texto? Ponte en contacto con nosotros aquí