Palabras que se escriben igual pero no significan lo mismo en España y Latinoamérica

Palabras que se escriben igual pero no significan lo mismo en España y Latinoamérica

Aunque en España y Latinoamérica hablemos el mismo idioma, existen muchas palabras que se escriben igual, pero nada tienen que ver en su significado.
Cada lugar hace suyo el idioma, lo transforma y lo cambia. Por eso, hay ciertas palabras que, antes de utilizarlas,  debes pensártelo dos veces, sobre todo dependiendo del país en el que estés.

Cuando Cristóbal Colón llegó a América en 1492, la colonización empezó a surtir su efecto: cultura, costumbres, religión Y, por supuesto, el idioma. El español, poco a poco fue imponiéndose en las regiones conquistadas.

Por aquella época, el español ya se había consolidado lingüística y políticamente en la Península, y fue este español el que los colonizadores llevaron a América como una lengua definida que atravesó el océano con un carácter uniforme.

Al igual que le pasó al latín que trajeron los conquistadores romanos cuando invadieron Hispania, el español que llega a América pronto dejó de ser la lengua de los conquistadores para convertirse en la lengua de los conquistados. Pero estos «conquistados» -al igual que ligures, celtas, íberos, várdulos, etc. en los siglos III-I a.C. en Hispania- tienen una lengua propia, cambios en la pronunciación que transfieren al nuevo idioma; también tienen un vocabulario (fauna, flora, costumbres locales, etc.) que no contiene el español peninsular, por lo que tendrán que seguir usando – e introducir en el español- palabras amerindias.

Así surgen las primeras variantes del español en tierras americanas. Enriquecidas por más de 123 familias de lenguas, entre las más conocidas: el náhuatl (Centroamérica), el caribe (Caribe), el arahuaco (Caribe), el taino (Caribe, de la familia arahuaco), el maya (sur de México y Yucatán), el quechua (Perú, Ecuador, Bolivia), el chibcha (Ecuador y Colombia), el tupi-guaraní (Paraguay), el mapuche (Chile central y la Pampa argentina), el aimara (Bolivia).

Así surge la magia de la lengua y comienzan a crearse significados diferentes para una misma palabra.

Algo que hoy en día puede generar confusiones que son incluso divertidas. Como el famoso caso del verbo coger: En España, “coger un taxi” y en más de una docena de países de Latinoamérica, el significado es tener relaciones sexuales: “cogimos toda la noche”.

Lo que en algunos países son palabras normales, en otros países son soeces o de mal gusto, o sencillamente no tienen nada que ver, por eso, para un traductor o intérprete profesional no basta con el conocimiento de un idioma, también es necesario saber contextualizar adecuadamente.

Ejemplos de palabras que en español se dicen igual pero no significan lo mismo:

Arrecho. En Venezuela, Costa Rica, Ecuador y otros países puede significar muchas cosas, por ejemplo, molestia: “¡estoy arrecho con el árbitro de este partido!”, pero también puede ser algo muy genial: “¡qué arrecho ese televisor que te compraste!”. En cambio, en Colombia significa tener gran apetito sexual: “Vanessa me da demasiada arrechera”.

Braga. En España es la ropa interior femenina (bombacha, calzón o pantaletas, según el país): “me compré unas bragas de blonda muy guay”, pero en Venezuela es un traje entero, por lo general de jean (overall, jardinero o enterito): “las bragas están súper de moda”.

Capullo. En Latinoamérica es el botón de una flor: “la rosa ya tiene capullos, se acerca la primavera”, pero en España es una persona poco inteligente y molesta: “no lo soporto, es un capullo”.

Chapa. En Argentina tiene que ver con un encuentro físico: “estábamos chapando y llegó su papá”. En República Dominicana, se refiere al trasero de una chica: “¡qué buenas chapas tienes!”. En Venezuela, es la tapa de metal de las botellas de vidrio: “las chapas las botamos en este envase”, uso que también tiene en España. Pero, además, en el lenguaje coloquial significa cerrar algo: “llegamos justo cuando estaban chapando la tienda” o es sinónimo de estudiar: “me pasé toda la noche chapando para el examen”.

Fresa. En toda Latinoamérica, la fresa es una fruta -exceptuando Argentina, donde le dicen frutilla-, pero cuidado con el contexto en el que usas esta palabra en México, porque “esta fresa está divina” puede referirse a lo sexy que es una chica muy engreída.

Goma. En algunos países significa resaca, pero en Argentina puede significar afeminado: “ese chabón es un goma, habla como una mina”, y en España es sinónimo de condón.

Guagua. En Chile es un bebé: “silencio que la guagua se acaba de dormir”, y en Cuba y República Dominicana es un autobús: “nos vamos en guagua a la playa”. Este significado también se aplica en Canarias.

Torta. En México es un tipo de sándwich. En el resto de los países, un postre, pero en Argentina también puede referirse a las lesbianas: “unas tortas se estaban besando en el bar”.

La lista, sin duda, es interminable…

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